jueves, 31 de diciembre de 2015

Nuevo



Corre el viento por mis venas.

Ascendí la colina al amanecer,
pisando la escarcha plateada.

En las noches despejadas,
llueve polvo de estrellas.

Vi venir cantando a los muertos de mi memoria,
alegres y desordenados,
improvisaban tonadas victoriosas
que incendiaban los prados a su paso.

Vi remolinos de casas,
rebumbios de hogares
en los que aun no se relataba la vida.

Vi rayar el sol en el horizonte,
una legión de aves migratorias
que surcaba los cielos en brillante formación.

Me vinieron a la mente, en tropel,
vibrantes adjetivos que no habrían de servir,
llegado el momento,
ni para la congoja ni para la emoción.

Sentí la pura vida apretada en un puño,
y el sudor concentrado en una gota.

En mañanas así,
está escrita toda la poesía
que me cabe en la boca.

Palpitó el corazón,
como si fuese el tañido de un tambor
que aventura combate.

Llegaron hasta mis oídos
los salmos de maitines.

Viví, por una eternidad,
colgado de un suspiro.

Sé que hay algo sagrado
en la posibilidad
de encontrarte en todas partes.

Una voz dormida desde hace siglos
pregunta en mi interior.
Pregunta quién soy yo ahora,
ante los ojos de los demás.

Y ascendí la colina escarchada
de polvo de estrellas…

Una vida nueva viene preguntando.
Una vida nueva a punto de empezar,
otra vez.

Buenas noches a tod@s, donde quiera que estén.