Hace años que comenzó su investigación,
pero de momento ninguna prueba resulta concluyente.
Por lo demás, abandonada
cualquier otra tarea, postergadas las obligaciones que algún día existieron,
dedica todas las horas disponibles a la observación, la elaboración de
hipótesis y la experimentación. Todo ello para inferir que nada es verdad,
pero tampoco definitivamente mentira.
Atento a los noticieros, alimentado por una
esperanza tenaz, visita los tanatorios de la ciudad sin mucho orden. Ha creído
descubrir en ellos una nueva y fidedigna fuente de información. Recorre salas
donde se velan cuerpos inertes por la más variada casuística. Un medico que se quedó dormido después de la
comida y ya no despertó. Una mujer entrada en la cincuentena que se asomó a la
ventana de un séptimo para precipitarse al vacío en un visto y no visto. Un
atleta que cae fulminado apenas unos cientos de metros antes de la cuesta que
conduce a su casa. Un maestro contador de historias que se ve desbordado por la
envestida de la enfermedad…
La muerte, sobreviene siempre de repente.
Estudia los rostros incrédulos de amigos y
familiares, alelados, afectados por las horas insomnes, con los ojos hinchados,
sin llegar a comprender bien qué hacen allí…
¿Qué es la vida?
Un corazón que nazca ahora mismo comenzará
a latir sin interrupción en un momento concreto y preciso, perseverará durante años
y años, sin detenerse ni un solo instante, superando días y fronteras, alegría
y pena, amor y frío, hasta que en un punto preciso y concreto, se frene en seco. Ni un paso
más. Hasta aquí. No va más. Y el mecanismo entero que de él depende se va apagando
de a poco, mientras la vida…¿qué es la vida?...de repente, ya no está. No
comparece ante nosotros.
¿Qué ignotas reglas de la naturaleza rigen
esos instantes concretos y precisos?
Alguien se levanta un día por la mañana. Se
ducha, se viste, desayuna…camino del trabajo se enrolla en la madeja de sus
asuntos…repasa las cuestiones pendientes en los tiempos muertos de la tarea…degusta
asolas el almuerzo mientras se deleita con un acontecimiento olvidado de la
juventud, que siempre vuelve, sin saber por qué…y ya de noche, cuando sale de
la oficina y se encamina de regreso al hogar, una punzada en el pecho, un breve
latigazo, le hace sentarse en un banco. Acto seguido la vista se nubla. Continúa un
pitido intenso que ensordece el oído derecho. La voluntad, finalmente, se desvanece. Iniciada ya la fuga y despedida, asaltan infinitas instantáneas a un tiempo. Agotadas la sístole y la diástole, una puerta se abre y nuestro personaje
avanza un paso para desaparecer del escenario.
Nos queda un cuerpo material que no habla
de quien fue. Nos queda la intensa quietud. Deseos insatisfechos. Besos por
dar. Un amigo con el que nos enfadamos una tarde de primavera y al que no hemos vuelto
a ver. Cosas sin decir que pesan en algún rincón secreto. Un gran amor marchito. Una hilera infinita de etcéteras que se pierden en el horizonte a
modo de vías de tren…
¿Qué es la vida?
Esto de aquí y ahora.
¿Qué es la vida?
Uno mas uno igual a cuatro.
¿Qué es la vida?
Un tequierosiempre
a destiempo.
Un rápido, rápido, lento, rápido, rápido,
lento, len-to, l-e-n-t-o…
¿Qué es la vida?
¿Qué es la vida?
¿Qué es?
Esa ausencia que observo una y otra vez, y
no me sabe dar respuesta.