¿Quién educa a vuestros hij@s?
Sandra es maestra en una escuelita que sigue la pedagogía Waldorf. Posee la didáctica de la caricia; cuanto más suave más penetra.
Esta actitud distintiva es norma de la casa. Según esta corriente,
lo importante es respetar los ritmos de los niños, adecuar los contenidos a su
momento y necesidad vital. Por ello los maestr@s proceden cada día con sumo
cuidado, con una entrega propia de artesanos labrando el material más valioso y
delicado.
Educan personas que mañana harán lo que tienen que hacer en cada
circunstancia y ninguna otra cosa de más o de menos.
Sandra atiende niños de 3 a 7 años. Se me permite la entrada
unos minutos en el aula. Los veo afanarse con los bloques de cera de abeja. Solo
los tres colores primarios, para ir descubriendo ellos solos, sobre el folio en
blanco y sin esquinas, las infinitas tonalidades de la vida. Se ejercitan con
lana, cantan, practican el ritmo, ubican el mundo en sus variadas dimensiones.
Que distinto es todo de lo visto, oído y recordado. Hace unos
meses, sentado con una profe que lleva ejerciendo desde los veinte y pasa de
los cincuenta, me contaba como este año no hay actividades extraescolares; los
docentes se niegan a ellas como medida de protesta por los ajustes anticrisis.
Que raro este mundo donde, con tanta frecuencia, se reivindica lastimando al prójimo. Miré a mi
interlocutora de cerca, con atención, y no se sonrojó. La tenía a escasos metros,
pero más me parece que estuviese a años luz.
Entiendo que hay cosas que no se pueden explicar.
Mientras tanto, Sandra entra en el aula y apenas toca palmas
para que cada cual se incorpore a la tarea en un esfuerzo común. Después la veo
tomar en sus manos puñados de harina con la que elaborarán pan. Va depositando
delante de cada pupilo un montoncito al tiempo que canta con voz queda…para ti con amor, para ti con amor…
Ahora estoy seguro, saldrá bien.
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